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Llevo 22 otoños sobreviviendo al mundo y viviendo en el medio de la nada, mientras plasmo el mundo en palabras desde mi punto de vista.

lunes, 23 de mayo de 2016

Mi madre es...

una mujer híbrida entre dos especies bastante conocidas, razón por la que casi digo que soy una extraña mutación, una persona que cometió varios errores, que se olvidó de proteger en su momento. Mi madre es esa persona que debía cuidarme de todo, pero fue la primera que me abandonó. Es quien vino a buscarme cuando ya formaba mi vida propia, quien me hizo buscar un nuevo camino de mi vida por el deseo de no verla y huir. Es a quien no lograba enorgullecer porque hacía cosas que a ella le desagradaban y porque estaba creciendo, porque era rebelde a sus ojos, por luchar por lo que quería, por eso y más. Mi madre es esa mujer que siempre quise evitar encontrar nuevamente en mi vida, es ese ejemplar que no quería como madre de mis hijos y es a la primera persona que casi odié. Sin embargo, hoy por hoy, puedo decir que es esa persona a la que ya perdoné por todo lo que hizo. Es alguien a quien ya no intento comprender ni justificar, sólo... perdonar y dejarle el peso liviano. Es alguien que no formará parte de mi vida, no porque le tenga resentimiento, sino porque ya no la necesito. Mi madre es a la persona que debo agradecer porque, si ella no me hubiera abandonado así, mi vida sería distinta: no me habría adoptado Joana, no tendría a mis hermanos, seguramente no tendría tampoco a mis hijos y, sobre todo, a las amistades que he hecho. En sí, reitero, no tendría mi vida, así que mi madre es la razón de quién n̶o̶ soy y de lo que n̶o̶ quiero para mi vida. Mi madre es mi madre: lo que yo definitivamente no soy ni seré. Mi madre es mi pasado.

martes, 10 de mayo de 2016

Dejé de escribirte cartas.

Dejé de escribirte porque era algo que no merecías, no merecías mis sentimientos y, mucho menos, mis palabras. Dejé de hacerlo porque entendí que merezco algo mejor en la vida, en todos los ámbitos posibles. Dejé de hacerlo porque salí adelante, porque te enterré junto al pasado que finalmente dejé ir y porque, ni en sueños, formarás parte de mi futuro. Dejé de escribirte cartas y todo, en realidad, porque encontré alguien que lo valora más y que lo merece, sobre todas las cosas. Dejé de escribir porque ya no tenía más asuntos, sentimientos o momentos, que plasmar en palabras. Ya no podía escribir de la nada, ya no podía inspirarme. Dejé de hacerlo porque dicen que, si no tienes nada bueno que decir, lo mejor es no decir nada y eso lo he aplicado a la escritura, por eso ya no te escribo. Además... dejé de escribirte porque ya no quería hacerlo, ya no había necesidad.

viernes, 6 de mayo de 2016

Imaginación.

Hojas cayendo de color amarillo o naranja, es lo primero que se me ocurre al leer "imaginación". Seguido de lluvia que cae, a pesar de que el sol ilumina con muchísima fuerza. Y risas, muchas risas, de niños más que nada, mezcladas raramente con algunas de adultos. Un arcoiris que toca el suelo y no se detiene, sino que rebota y vuelve a subir a alturas inimaginables, mezclándose y jugando con las nubes, descansando en ellas también. Y eso es sólo la punta del iceberg que es mi imaginación, en realidad... hay tantas cosas que la representan que siguen después de lo que mencioné que no terminaría jamás porque tengo la seguridad de que mi imaginación es infinita, como la de cualquier otra persona.