You should know...

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Llevo 22 otoños sobreviviendo al mundo y viviendo en el medio de la nada, mientras plasmo el mundo en palabras desde mi punto de vista.

jueves, 31 de diciembre de 2015

I gave you the key when the door wasn't open, just admit it.

Te di la llave cuando la puerta no estaba abierta, te dejé entrar cuando debía prohibirlo, permití que me guiaras cuando mi camino ya estaba marcado y dejé que ambos comenzáramos a jugar, incluso cuando nadie lo estaba haciendo, cuando nadie se estaba arriesgando. Es la verdad, admítelo, yo ya lo hice. Ya admití que me metí en un terreno peligroso, en un terreno prohibido, pero me gustaba, me habías logrado convencer de que era necesario arriesgarme, de que estaba bien hacerlo y lo hice, no te culpo porque reconozco que la culpa es mía por ceder. Sin embargo, que lo haya aceptado no significa que todo recaiga sobre una sola persona, que esté habilitado a recibir esa actitud, esas palabras... o ese silencio. A veces me arrepiento de haber abierto esa puerta, otras veces, no existe el arrepentimiento. Eso se debe a que mis propios pensamientos me juegan tanto en contra como a favor y no lo puedo evitar, es por eso que no me gusta recordar, no quiero recordar más, no quiero más dolor ni indiferencia. Quiero cerrar esa puerta y, en ocasiones, deseo que se cierre lo suficiente como para sentir como que nunca fue abierta, aunque sé que eso es imposible. Necesito la llave, esa llave que tienes tú, para cerrarla yo, no quiero que cierres la puerta tú porque es peor, es más doloroso de que si lo hago yo y la impotencia seguramente me dominaría. No hay marcha atrás y ahora ambos queremos lo mismo: seguir adelante. Entonces, ¿por qué no me das la llave con la que abriste la puerta? ¿Por qué no me dejas cerrarla? ¿O por qué no la dejas abierta sin rencor ni dolor, sólo madurez? Quiero decir... no se necesitan millones de personas para eso, sólo dos: tú y yo. Y quiero cerrarla o abrirla lo suficiente como para regresar el tiempo perdido, pero, al parecer, tú no quieres ninguna de las dos opciones, entonces... ¿qué es lo que quieres? ¿Para qué quieres la llave o la puerta? ¿Qué harías con eso? Por favor...

sábado, 19 de diciembre de 2015

Lo estoy viendo irse cada vez más lejos.

Lo estoy viendo alejarse, lo estoy viendo perderse, lo estoy viendo vivir sin necesitarme, lo estoy viendo seguir, lo estoy viendo crecer de lejos. Y sé que no es su culpa, sé que él es inocente ante tanto engaño, sé que él sólo está sufriendo la consecuencia de los actos de terceros y que yo soy uno de esos terceros. Sé que, en lo profundo de su memoria, guardará los momentos vividos como yo recuerdo cada aventura que viví con él. Sé que será cada día mejor, que se superará, que tendrá esa fortaleza que lo hará levantarse una y mil veces. Sé que nos volveremos a encontrar algún día, que lo que construimos no se desvanecerá a pesar del tiempo. No porque se aleje, significa que todo se vaya a la basura, porque no es así, no sucederá con nosotros. Estuve ahí, estoy aquí y estaré allí cuando me necesite y cuando no, cuando ría, cuando llore, cuando grite, cuando imagine, cuando se enfrente a la realidad, cuando ame, cuando deteste, cuando luche y cuando se rinda, cuando se quede y cuando se marche. Lo estoy viendo irse cada vez más lejos y yo me quedo con pequeños pedazos de él, pequeños pedazos a los que me aferraré para no perderlo porque es lo único que no quiero. Lo estoy viendo irse cada vez más lejos porque es obligado a hacerlo... Lo estoy viendo irse cada vez más lejos porque no puedo evitarlo, porque ya no tengo armas para hacerlo. Lo estoy viendo irse cada vez más lejos con todo el dolor que eso implica. Sólo lo estoy viendo y lo estoy sufriendo porque era mi luz, lo seguirá siendo, pero una luz a kilómetros no alumbra lo mismo que una a centímetros. Lo estoy viendo irse cada vez más lejos porque ya lo acepté, ya cedí, ya no puedo evitarlo, ya no puedo hacer más nada, ya me quedé sin acciones o palabras.

jueves, 3 de diciembre de 2015

¿Pasado, presente o futuro?

Soy de los que no deja ir el pasado, de los que viven en los recuerdos, sean malos o buenos. Soy de los que imagina su futuro, a base del presente o de lo que desea vivir y sentir. Soy de los que vive su presente, quien disfruta del mismo y busca que dure más de lo posible. Sé que mi presente se debe a mi pasado y que mi futuro depende de mi presente, pero, a veces, viene a mí la creencia de que puedo hacer que cada uno de estos tiempos dependa únicamente de sí mismo y no del otro. Elegir uno sería complicado, sé que mi elección se vería afectada en poco tiempo por pensamientos o sucesos, por lo que variaría y no es lo deseado. Sin embargo, esta vez voy por el futuro porque no sé lo que me depara, porque todavía puedo cambiarlo, porque puedo manejarlo y porque va a sorprenderme.